Escogí como lugar para hacer mi trabajo voluntario un hospital psiquiátrico en Cusco (Perú), este hospital ofrece atención médica para pacientes ambulatorios, hospitalizados temporales y residentes. La mayor parte del tiempo, trabajé con un grupo de pacientes hospitalizados temporales, con esquizofrenia, trastornos de la personalidad y trastornos depresivos. Tuve la oportunidad de trabajar junto con un psicólogo; mis horas de trabajo eran de lunes a viernes, desde las 9 am hasta la 1 pm. Pasé un mes como voluntaria aquí.
Antes de venir de mi país de origen (Holanda) terminé mi maestría en psicología médica, así que ya tenía la experiencia de tener contacto con pacientes. Sin embargo, nunca había trabajado con pacientes psiquiátricos, lo que hizo que el voluntariado en este hospital del Perú sea una experiencia totalmente nueva y una gran oportunidad.

En mi primera semana tuve que acostumbrarme a un montón de cosas relacionadas a mi nuevo trabajo: por ejemplo a las forma en la que la gente vive (un forma más básica de la que estoy acostumbrada en Holanda), al hablar español 24 / 7 (y, por eso, no podía expresar todo lo que quería decir) y al comportamiento ‘”anormal” de los pacientes. Pero me acostumbré a todo esto muy rápidamente, sobre todo porque los propios pacientes estaban muy contentos y agradecidos de tener la oportunidad de ser tratados allí. También mi capacidad de comunicarme en español mejoró rápidamente, porque hablaba mucho con los pacientes y empleados.

A veces era muy molesto darme cuenta de que la velocidad del trabajo y la eficiencia en el trabajo era notablemente menor en comparación con lo que yo estoy acostumbrada. Además, muy a menudo, tenía que esperar a que llegara el psicólogo porque el personal estaba preparando actividades o trabajan en las historias clínicas de los pacientes, en los que no podía participar la mayor parte del tiempo. Así que pasé mucho tiempo en espera.

Después de unos días en los que me la pasé en espera por mucho tiempo, empecé a pensar en actividades que podría hacer con los pacientes yo misma. Empecé a dar clases de inglés a un paciente que siempre quiso aprender Inglés. Pocos días después, organicé un torneo con partidos y creé un grupo dinámico de sesiones. El psicólogo no me dio las tareas, pero, sin duda daba la bienvenida a todos las ideas! Creo que ellos no quieren dar a los voluntarios una gran cantidad de órdenes, porque piensan que ya es suficiente con que estén trabajando allí voluntariamente. Así que para obtener el máximo provecho de esta experiencia de voluntariado en Perú, es muy importante y se los recomiendo, hacer un plan con tus propias ideas y demostrar a los otros trabajadores que deseas participar de manera muy activa. A causa de mi actitud pro-activa, incluso tuve la oportunidad de participar en la prueba-diagnóstico y entrevistas individuales con los pacientes. La organización de algunas actividades por mi cuenta me hizo sentirme útil e hizo que mi tiempo en la clínica en Cusco fuese muy desafiante.

Fue muy interesante trabajar con pacientes psiquiátricos y hablar con ellos acerca de sus vidas. Todos los pacientes fueron muy amables conmigo y el hecho de que mi español no era perfecto no parecía molestarles en absoluto, me sentí aceptada. He aprendido mucho acerca de los diferentes trastornos psiquiátricos y cómo afectan la vida de los pacientes. Además, he aprendido mucho acerca de la organización de la atención de salud en el Perú y ahora me siento muy feliz de que en mi país y otros países desarrollados tengamos tan buenas instalaciones Me gustó mucho que los psicólogos me dieran la confianza para organizar actividades por mí misma.

Aunque este trabajo voluntario en Cusco, a veces me hizo sentir un poco insegura, fue una experiencia muy valiosa, interesante, divertida, positiva y difícil de olvidar. Estoy muy contenta de haber tenido la oportunidad de hacer esto. Gracias Voluntarios de América Latina!

Natasha Mathias, 23

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